Es una de las muchas formas en las que la llamada ‘Revolución de las patatas fritas’ ha mostrado su rechazo al desacuerdo perenne entre la clase política.“¡Desnudos, flamencos o valones, todos los belgas somos iguales!”. Lucía el sol, pero hizo falta lanzar algunas arengas, y beberse algunas cervezas, para calentar el ambiente el jueves a las tres de la tarde en Gante y lograr que decenas de espontáneos se quitaran la ropa en protesta por la incapacidad de los políticos belgas para alcanzar un acuerdo de gobierno.
La banda sonora de Nueve semanas y media hizo el resto, para deleite de los cientos de curiosos que se congregaron en la plaza de Kouter. “¿Ah, que es con ropa interior? Bah…”, decía desilusionado un jubilado que súbitamente perdió interés en el acto. Así arrancaba ayer en la indómita ciudad flamenca la llamada revolución de las patatas fritas, un nombre que evoca tanto las actuales revueltas en los países árabes como el plato nacional del país.
Es la última invención de los estudiantes belgas para protestar con grandes dosis de humor porque, pasados 249 días desde la celebración de elecciones federales, el país sigue sin gobierno. Y sobre todo para celebrar que, tras arrebatar a Holanda el récord europeo de desgobierno en enero, Bélgica se hará en la noche del jueves al viernes con el título mundial. Lo ostentaba Iraq, que el año pasado tardó más de ocho meses en acordar un gobierno entre suníes, chiíes y kurdos.
En realidad, el país mesopotámico necesitó algunos días más después de cerrar el pacto político para que su Parlamento lo aprobara. Hay de hecho otro contador en marcha con la vista puesta en el 29 de marzo, pero el país tenía ganas de celebrar el récord y no hay razón para ponerse quisquillosos: sólo un milagro impedirá que dentro de unas semanas Bélgica conquiste, esta vez sin discusión alguna, el título mundial de desgobierno.
La fiesta continuó al caer la tarde en la plaza de Sint-Jakobs, donde una delegación del Parlamento iraquí debía entregar al comité organizador el trofeo que acredita a Bélgica como campeona mundial en negociaciones políticas infructuosas. La expectación mediática internacional era enorme. Hasta la cadena de televisión Al Yazira estaba allí para explicar al público árabe el tipo de revoluciones que hoy en día se lanzan en Europa…
Alimentadas por patatas fritas y regadas con cerveza, las celebraciones se sucedieron en las principales ciudades del país. En Bruselas cientos de estudiantes se concentraron frente al palacio de Justicia para manifestarse, disfrutar del sol y de la actuación de la nueva estrella musical del país, Stromae (de madre flamenca y padre ruandés). En Lovaina, los estudiantes repartieron 300 cucuruchos de frites. Y en la vecina Lovaina La Nueva –la universidad creada por los francófonos tras ser expulsados de la sede original en los años sesenta– cientos de jóvenes dejaron escritas sus frustraciones en un nuevo “muro belga de las lamentaciones”. Fueron todas más vistosas que concurridas, y mayoritariamente jóvenes, una novedad en el país.
A diferencia de la manifestación del 23 de enero en Bruselas, de vocación apolítica, los actos de ayer incluían un llamamiento claro a la unidad del país y la solidaridad. Convocaba la sección joven de la plataforma “No En Nuestro Nombre”, un colectivo de artistas e intelectuales contra la división del país que denuncia el empeño de los políticos en fijarse en lo que separa a flamencos y valones y no en lo que los une. Un rasgo típico de los belgas, sean flamencos o valones, es su capacidad para reírse de sí mismos. Y ayer volvieron a hacer gala de él. Sin complejos, la prensa nacional se refiere últimamente al país como ”Absurdistán”, mientras los ciudadanos lanzan espontáneas iniciativas que enlazan a la perfección con la tradición surrealista belga. Como diría Magritte, “esto no es un país”… ¿Hay todavía razones para responder con carcajadas e ironías a la interminable crisis política que atraviesa el país y que ha dejado totalmente al desnudo sus vergüenzas? “Sí, claro que es para reírse, ¿qué podemos hacer sino los ciudadanos normales?”, replica el músico Luc De Vos antes de subirse al podio de Gante para inaugurar la fiesta popular. Porque un récord mundial, dicen, no se alcanza todos los días.
Noticia Original: lavanguardia.es
Nota. No estamos dentro de una actividad nudista naturista, pero se hace interesante debido que la desnudez se está haciendo presente en diferentes actividades dentro de la política, la misma que se está tomando como costumbre en cualquier parte de mundo, ustedes que opinan ¿?, se esperan comentarios, sugerencias y/o puntos de vista al respecto.
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