domingo, 16 de octubre de 2011

LOS ROSARINOS YA SE MUESTRAN DESNUDOS EN QUINTAS E ISLAS (ARGENTINA)

El nudismo suma adeptos y la cantidad de quienes lo practican creció un 40% en cuatro años.

El nudismo parece haberse instalado en Rosario. A unos 25 kilómetros de la ciudad, en un quinta con pileta, se realizan reuniones cada fin de semana entre quienes prefieren la libertad de sus cuerpos. Sus propietarios dicen que es el único ámbito fijo dedicado a esta filosofía en la provincia y que el número de cultores creció un 40 por ciento en cuatro años.

Pero las islas del Paraná también seducen a quienes aman la vida sin tapujos. El pasado lunes, un grupo de nudistas se instaló todo el día en un arenal ubicado frente a las Piletas Alem mientras que los espacios más recónditos de la geografía isleña atesoran cada vez con más frecuencia los más variados cuerpos expuestos al natural.

La determinación de sacarse la ropa y convivir así con otras personas va haciendo mella con el paso del tiempo. Ruca Chauke es un claro ejemplo. “Es una casa quinta de ambiente familiar, no swinger, donde hacemos nudismo social”, subrayó Maricarmen, su propietaria, una docente recién jubilada. “Acá vienen familias con chicos que se enteran de boca en boca de nuestra existencia, nos llaman y las invitamos a que se unan”, explicó sobre el método utilizado para ir entrando en el mètier.

El predio, ubicado sobre la ruta 9, es exclusivo en su tipo en la región litoral adyacente a la ciudad. Funciona momentáneamente los fines de semana (hasta que avance el verano) y desde diciembre abrirá todos los días, siempre con la premisa de que sus visitantes permanezcan desnudos y “no busquen otras intenciones, porque si no se tendrán que ir”, advirtió Maricarmen entusiasmada en fomentar un estilo de vida que la apasiona.

Casa Amiga, según la traducción del mapuche, tiene 2.500 metros cuadrados de espacio verde y, al decir de sus dueños, es “ideal para acampar”. Tiene un amplio parrillero, hamacas paraguayas, un buffet, reposeras, duchas al exterior y hasta habitaciones para pasar la noche. “Vienen chiquitos con sus padres, por lo tanto la invitación es para toda la familia siempre y cuando todos se quiten la ropa", se explayó Maricarmen, madre de tres hijos que, aunque no en todos los casos, siguen sus pasos.

"Gozar de la naturaleza plena, sin ataduras es nuestra consigna", sumó la mujer empecinada en que eso se cumpla a rajatabla. Por eso, cuando llega alguien nuevo se le permite quedarse con ropa como método de adaptación, aunque por pocas horas. "La idea es que los visitantes se vayan despojando de eso lo más pronto posible", añadió.

La mujer contó que con su marido llegó a este hábito "por interés, curiosidad y deseo personal". Así, relató: "Comenzamos en casa, donde los chicos vieron siempre a su mamá y su papá de esta manera".

Con el tiempo, la pareja se fue relacionando con otras personas hasta que logró nuclear a sus allegados en la quinta. Hoy concurrir cuesta 30 pesos por persona, "para el mantenimiento", que además incluye una merienda. Muchas veces la comida se compra para el conjunto. "Hay algunos asadores que se encargan de la carne para sus compañeros y otros nudistas adquieren el resto de los alimentos, como en un pic nic", dijo.

La realidad de lo que sucede entre los tapiales del chalet de la ruta que conecta con Córdoba marca que la presencia de los amantes de los cuerpos al aire creció un 40 por ciento desde que nació Ruca Chauke. "Básicamente entre las personas que rayan los 40 años y están en pareja, ese es el grupo mayoritario", consideró Maricarmen. El público está integrado por gente de distintos estratos sociales: cuidacoches, empresarios exitosos, empleados jerárquicos y de los otros, profesionales y hasta un sacerdote que odia las fotos. Fuente: lacapital.com.ar

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