miércoles, 18 de abril de 2012

"NAKED BEFORE THE CAMERA" (EUA)
"Naked before the camera" (Desnudo antes de la cámara), cuenta la historia del desnudo fotgráfico.


El desnudo es tan viejo como el arte y su irrupción en la fotografía no se hizo esperar. Primero en la Francia libertina del siglo XIX y luego en algunos artistas de la Inglaterra victoriana, siempre dispuestos a esquivar a los censores con la excusa de los estudios antropológicos o las clases de anatomía. El Metropolitan neoyorquino indaga esta primavera en los orígenes del desnudo fotográfico en la exposición ‘Naked before the camera‘, que se acaba de inaugurar en la sede central del museo y permanecerá en cartel hasta principios de septiembre.

La muestra evoca la preeminencia del cuerpo humano en el arte primitivo y en las esculturas grecorromanas y guía al espectador por una senda que primero exploraron artistas parisinos sin lustre y que poco a poco recorrieron grandes nombres como George Brassaï o Diane Arbus.

La exposición se abre con una imagen del legendario fotógrafo francés Félix Nadar (1820-1910) que muestra a una mujer desnuda escondiendo el rostro con el codo. Lo de menos es la identidad de la modelo: una actriz cuya promiscuidad inspiró el personaje de Musetta en ‘La Bohème’. Lo importante es la precocidad de la fotografía y la firma de un artista que unos años después ganaría prestigio como dibujante y como retratista de la burguesía de París.

Al principio los desnudos florecieron al calor de la voluntad de los pintores, que descubrieron un modo de ahorrar congelando el posado de sus modelos. Así fue como prosperaron fotógrafos como Julien Vallon (1795-1866), que se ganó la vida vendiendo una serie de desnudos que artistas como Gustave Courbet utilizaron para sus cuadros.

Eran desnudos casi siempre femeninos. Pero en ocasiones los artistas capturaban también el cuerpo de modelos masculinos como demuestra una imagen de Charles-Alphonse Marlé (1821-1867) que enseña un hombre barbudo evocando quizá los placeres del Edén.

El auge del desnudo en la fotografía no es un fenómeno fortuito. Ocurre en el París donde están pintando Ingres y Delacroix y donde florecen los burdeles y el entretenimiento para adultos. Los artistas solían cubrir sus obras con una pátina de respetabilidad pero no siempre lo lograban. A Félix Moulin (1800-1875) lo encerraron un mes en la cárcel por una imagen demasiado obscena. Más afortunado fue Nadar, al que un hospital parisino le permitió fotografiar nueve veces a un hermafrodita cuyos genitales se pueden contemplar en el Metropolitan.

Las primeras imágenes pertenecen a una cierta edad de la inocencia. Pero a finales del siglo XIX los fotógrafos aspiran a exprimir el desnudo más allá de su propia realidad. Es el caso del paisajista Gustave le Gray (1820-1884), que plasma a una mujer en un sofá de terciopelo. Las piernas recuerdan a un Cristo yacente y el pelo evoca a la Medusa de la mitología griega. Es un posado elaborado en el que se adivina el germen de la vanguardia y de la pornografía.

El desnudo fotográfico se vuelve una excusa para el surrealismo en la cámara de Man Ray y un instrumento de análisis en la de Brassaï, que retrata la vida de los burdeles parisinos. La exposición incluye las imágenes que el británico George Washington Wilson tomó de las tribus zulúes y las de Alphonse Bertillon, un policía parisino que fotografiaba los cuerpos de las mujeres degolladas en la ciudad del Sena.

Al igual que otras ramas del arte, el desnudo fotográfico también estuvo presente en obras experimentales como las de Bill Brandt o Hans Bellmer-Doll, cuyas imágenes remiten a los horrores de la Alemania Nazi. La revolución sexual abrió un terreno virgen en el que hubo sitio para propuestas como la de Irvine Penn (1917-2009), que se ganaba la vida haciendo retratos de modelos para para ‘Vogue’ y fotografiaba luego mujeres rotundas cuyas carnes recuerdan a las de las diosas primitivas de la fertilidad. La exposición incluye también desnudos más recientes. Los más llamativos son un retrato hogareño de dos jubilados nudistas de Diane Arbus (1923-1971) y una imagen de Robert Mapplethorpe donde se muestra a la cantante Patti Smith en cuclillas y sosteniendo los tubos de un radiador. Fuente: elmundo.es

¡VIVA LA DESNUDEZ AL NATURAL!

¡VIVA LA LIBERTAD!

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