sábado, 8 de septiembre de 2012

LA DESNUDEZ DEL CUERPO LA DESNUDEZ DEL ALMA (CUBA)
Miles de personas de todas las edades y sexo han aceptado las propuestas de Spencer Tunick y possan desnudos en cuerpo y alma en las más grandes ciudades del planeta.

En la IX Bienal de La Habana se produjo un momento de profunda reflexión, no desde las palabras, sino gracias a la fuerza explícita y lacerante de las fotografías-instalaciones humanas, del artista estadounidense Spencer Tunick, en los salones del Centro Wifredo Lam.

Imágenes que atrapan multitudes desnudas, desde la levedad del cuerpo, y que nos muestran la comunidad de la especie en diferentes latitudes, desde Nueva York a Melbourne, desde Santiago de Chile a Búfalo, ya en un puerto de Francia o en un populoso barrio de Brasil, al pie de los megaedificios de Barcelona, alcanzan una fuerza de evocación de sustancia netamente filosófica, porque traducen al lenguaje de las artes visuales no solo la desnudez de hombres y mujeres desde la piel, sino que nos hablan de sus almas y espíritus en los más plurales y diferentes espacios urbanos de la contemporaneidad.

Artista calificado por los críticos de "provocador y misterioso", en verdad alcanza desde su proyección antropológica a tocar las fibras más sinceras de la Humanidad, en un discurso que integra y no divide a las personas ni por etnias, religiones o estratos sociales, desde un clamor de profunda eticidad.

Miles de voluntarios han respondido a los reclamos de este fotógrafo norteamericano de 39 años de edad.

Se han empinado sobre prejuicios y tabúes, en medio de una sociedad enajenante y manipuladora de los sentimientos, para entregar con la sencillez del cuerpo otra verdad posible, la de una reflexión desgarrante al tiempo que luminosa sobre este planeta, desde los ríos australianos o los océanos que bañan a Europa y América, y más específicamente, aquellos páramos no desiertos por la naturaleza, sino desde su condición de escenarios globalizados y despersonalizados, como una estación de trenes en medio también de una gran urbe fría e indiferente de Norteamérica, para alcanzar la elocuencia del amor, con la capacidad enorme del grito a favor de la paz.

En ocasiones, como en aquellos espacios de Toronto o Nueva York, nos dejan consternados por el contrapunto que se establece entre las paredes y el hombre, entre las estructuras despojadas de sustancia y los cuerpos yacentes.

En su propia ciudad, el New York de 1999, en la isla continente que es Australia en el 2001, en esa gigantesca ciudad brasilena de Sao Paulo en el 2002, en Santiago de Chile, ante el Museo de Arte Moderno en Barcelona, al pie del Instituto de Cultura de Búfalo en el 2003, y en Francia en el 2005, su cámara ha atrapado la desnudez humana, esa que ha conmovido a los miles de visitantes del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en La Habana, con instantáneas a las que el artista sumará su experiencia en Caracas, próximamente.

Eros y Thanatos, como en la antigua cultura helénica, responden a la conceptualización del "performance" en la obra de este creador, que asume el cuerpo y su desnudez atrapados por el lente de su cámara, como una abstracción que intenta adueñarse y entregar la esencia misma de cientos de hombres y mujeres anónimos, al fusionar sus cuerpos con paisajes citadinos, algunos como en el puerto galo, reveladores por la provocación de las asociaciones conceptuales establecidas entre los seres humanos y los contenedores, a manera de un gran y paradójico absurdo.

Algunos han calificado su obra y el proceso mismo que conlleva cada una de sus instalaciones como expresión pornográfica, pues desconocen la fuerza conceptual del erotismo y la trascendencia del mensaje, lo cual ha llevado a Spencer Tunick a sufrir momentos de violencia, incluso en su país, porque como él mismo ha declarado en más de una oportunidad: "todavía hoy en la mitad de Estados Unidos me negarían permiso para realizar mis instalaciones y podría ser detenido por ello".

Spencer Tunick es algo más que un sinónimo de provocación o un manifiesto de la postmodernidad. Su obra es un apelativo lúdrico, desde el arte, al diálogo de una especie que vive bajo la presión de la guerra, de la violencia y de la desigualdad, e ignora cuánto hay de común entre los hombres y las mujeres, en todos los espacios, naciones y pueblos del planeta.
www.cubaahora.cu 22.12.2011

Nota. Recorderis. Son las expresiones de Mercedes Santos Moray después de haber teminado la IX Bienal de la Habana, en la cual es muy sincera al interpretar la desnudez masiva en diferentes partes del mundo realizado por Spencer Tunick. Todos sabemos que política tiene el país de Cuba, pero resulta muy interesantes dichas expresiones. Ya habrán los cambios necesarios para que la desnudez social sea vista de una forma diferente por todos los cubanos también.

¡VIVA LA DESNUDEZ AL NATURAL!

¡VIVA LA LIBERTAD!

¡VIVA EL NATURISMO!

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